Al abrir esta página toma presencia operativa a través de internet el Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR).
Organizaciones empresariales y profesionales de Iberoamérica han apostado por el arbitraje, y el CIAR ha sido ya formalmente constituido e inscrito en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior desplegando desde ahora la presencia y disponibilidad del Centro. Ya no se trata solamente de un proyecto: está ya constituido como Institución arbitral operativa y es el fruto de una larga y perseverante trayectoria fundacional.
El CIAR abre así un espacio funcional en el que la solución alternativa de conflictos por la vía arbitral tendrá su propio desarrollo.
Las muy meritorias instituciones arbitrales vigentes han abierto durante años el camino para que el arbitraje haya quedado implantado en nuestros ordenamientos jurídicos y haya sido asumido por nuestros sistemas jurisdiccionales.
El CIAR nace con la vocación de extender la disponibilidad de un sistema de arbitraje al que tengan acceso las medianas y pequeñas empresas que antaño apenas hacían comercio transfronterizo, y hoy en día constituyen un significativo segmento del comercio globalizado. También en Iberoamérica.
Pequeñas y medianas empresas compran y venden allende sus fronteras; y cuando sus operaciones entran en dificultades el remedio jurisdiccional resulta dilatado, caro y desalentador. Hacer llegar el arbitraje a un amplio espectro de transacciones internacionales que hasta ahora se veían objetivamente apartadas de él, es la tarea que ha de asumir el CIAR. De paso se reforzará el espacio de libertad que el comercio requiere, pues la falta de ámbitos de arbitraje para muchas transacciones no es sino una restricción de ese elemento esencial de la libertad de pactos que es el arbitraje.
A partir de ahora, constituido el CIAR, con sus sedes en Costa Rica, Sao Paolo y Madrid, en cuyo Colegio de Abogados se sitúa la Secretaría General, dispone de su Reglamento procesal ‑significativamente abierto al desarrollo on-line‑ y su Cláusula modelo, para que en la contratación transfronteriza de Iberoamérica se cuente ya con el órgano arbitral tan esperado.
Si los cuerpos sociales civiles iberoamericanos, empresariado, abogacía y universidad han impulsado y fundado el CIAR es porque además de esta pulsión fundamental, han sentido directamente el apoyo de la máxima representación de nuestros países (Cumbres de Jefes de Estado), de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y de la Conferencia de Ministros de Justicia de Iberoamérica (COMJIB).
En la Cumbre de Veracruz, en el parágrafo 17 de sus acuerdos, aparece el siguiente texto:
17. Encomendar a la SEGIB y a la COMJIB que den seguimiento a la propuesta de crear un Centro Iberoamericano de arbitraje, de carácter privado, como una opción adicional a los mecanismos regionales de resolución de conflictos comerciales, que existen en la región, atendiendo a la cultura jurídica que nos es común y dando especial importancia a las necesidades de las pymes en esta materia.
Ahora estamos en condiciones de comunicar a la SEGIB y a la COMJIB que el objetivo fundacional se ha cumplido y que ya hemos puesto a disposición de ciudadanos y empresas el CIAR, nacido con carácter privado y dotado de cumplida vocación de servicio a los fines que nos propusimos.