Ayer fue Telefónica, la semana pasada RSM Spain y en anteriores fechas compañías como Indra han recibido a representantes del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR).
Cuál es la razón y porqué nació CIAR, quiénes lo forman, su historia reciente, el apoyo que recibe de instituciones públicas y privadas, su estructura, sus objetivos o su responsabilidad, son algunos de los temas que centran la exposición que la Presidencia de CIAR y la Secretaría General del Centro hacen a los equipos jurídicos de las compañías que los reciben.
Ayer, Luis Martí y Javier Íscar, presidente y secretario general respectivamente de CIAR visitaron las instalaciones de Telefónica para, entre otros, hablar sobre:
- la política de costes del arbitraje CIAR («Costos acordes al entorno iberoamericano»),
- la confluencia cultural que se integran en el Centro,
- los valores comerciales transfronterizos, o
- la estructura de la institución iberoamericana y los lazos en los diferentes países de la región.
El equipo de RSM Spain, una de las principales organizaciones en España de auditoría, asesoría fiscal y legal y consultoría de empresas, fue partícipe del objetivo y de la responsabilidad de CIAR:
- Objetivo: resolver controversias legales internacionales, tanto de carácter comercial como de inversiones, que involucren a partes de diferentes países de la región, de forma ágil y profesional.
- Responsabilidad: administrar los procesos de arbitraje que se presenten ante el Centro y difundir y promover la cultura y la práctica del arbitraje, la conciliación y la mediación como métodos de solución de disputas
Una de las fortalezas del Centro transmitida a compañías como Telefónica, RSM o Indra es el Reglamento del Centro que se caracteriza por:
- Asumir el reglamento CNUDMI como texto básico
- Introducción de procedimientos modernos ajustados a las necesidades y condiciones del comercio internacional
- Inclusión de procedimiento abreviado y arbitraje online
El Centro Iberoamericano de Arbitraje es consciente de los retos y de las oportunidades presentados ante un panorama institucional propicio que favorece que su cláusula sea incluida en los contratos internacionales, especialmente en aquellos con partes iberoamericanas, entre pymes y pequeñas empresas de la región y, también, en el arbitraje de inversión.