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CIAR consolida su difusión y ya está preparado para asumir arbitrajes

CIAR Costa Rica

En este artículo, destacamos las palabras de Luis Martí-Mingarro, presidente de CIAR, en la 3ra Asamblea del Centro Iberoamericano de Arbitraje celebrada en su sede del Colegio de Abogados y Abogadas de San José, Costa Rica, en el que habló de la realidad de la consolidación del proyecto en su difusión y de la preparación del Centro para asumir la carga de arbitrajes que le encomienden los operadores jurídicos.

El arbitraje, como medio de solución de conflictos, se ha abierto camino entre muchas dificultades. Aunque la institución arbitral tenga todos los precedentes que se quieran buscar, en cuanto a ejercicio de libertad contractual generalmente deseada, usada y reconocida, sólo ha llegado y se ha instalado en el comercio internacional cuando el progreso social y económico ha situado a multitud de operadores de la industria, la economía y el comercio en condiciones de considerar seria y eficazmente la opción del arbitraje.

el arbitraje sigue siendo una opción minoritaria, porque la globalización ha generado una masa inmensa de operadores transnacionales que generan un tráfico también inmenso

La consideración de las estadísticas de casos dirimidos por las instituciones arbitrales que operan en el comercio internacional, revela, sin embargo, que el número de arbitrajes que entre todas ellas dirimen apenas llega a dos mil. Esta cifra explicita que el arbitraje sigue siendo una opción minoritaria, porque la globalización ha generado una masa inmensa de operadores transnacionales que generan un tráfico también inmenso, en el que los conflictos que surgen en su seno no alcanzan ni tienen la oportunidad de ser resueltos mediante arbitraje.

El arbitraje se ha revelado como un procedimiento que respeta y potencia la autonomía de la voluntad, que permite la solución del conflicto con neutralidad y que puede desarrollarse de manera asequible en cuanto a su costo, y rapidez y eficiencia en cuanto a su resultado.

La fundación del CIAR atiende al necesario ensanchamiento de las oportunidades de arbitrajes en el ámbito de la comunidad iberoamericana, y desde su fundación el CIAR concentra su actividad en la consolidación del proyecto, ya realidad, en su difusión y en su preparación para asumir la carga de arbitrajes que, en ejercicio de su libertad, le encomienden los operadores jurídicos de nuestro mundo cultural.

Los arbitrajes CIAR están diseñados para extender la institución arbitral celebrando su administración en la región, en nuestros idiomas principales (portugués o español) y con garantías de calidad institucional

Los arbitrajes CIAR están diseñados para extender la institución arbitral celebrando su administración en la región, en nuestros idiomas principales (portugués o español) y con garantías de calidad institucional que garantice la imparcialidad, la preparación y la responsabilidad de nuestros árbitros, por un lado, y por otra parte la contención de los costes, la brevedad y la consistencia de nuestros procedimientos.

Por el momento llegamos a este punto a los dos años de nuestra constitución completando ya nuestro marco normativo propio. Al Estatuto fundacional se añadieron en su momento los Reglamentos de arbitraje y de funcionamiento que dan forma a nuestros procedimientos de tramitación y de gestión; y ahora se añade a ese acervo el Código Ético al que quedan sometidos cuantos tomen el compromiso de actuar como árbitros en el seno de nuestra institución. Como también está aprobado y publicada la Cláusula tipo de sometimiento al CIAR, queda integrado el dispositivo orgánico necesario para completar el despegue del vuelo operativo de nuestra institución.

«Marco normativo propio:

El CIAR ha nacido auspiciado y reconocido por la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la Conferencia de Ministros de Justicia de Iberoamérica (Comjib), que mantienen día tras día su confianza en nuestra iniciativa. Pero en nosotros está mantener el esfuerzo y la dedicación. Organizaciones empresariales, Cámaras e Instituciones de la Abogacía creímos en el proyecto fundacional y las esperanzas despertadas sólo podrán ser alcanzadas si unos y otros, que agrupamos empresas y operadores económicos y profesionales del derecho, ayudamos a difundir la cláusula y a provocar su utilización. Y no olvido el papel de las Universidades que se asociaron a nuestro proyecto porque sobre ellas recae:

  • la tarea de extender la cultura del arbitraje y
  • reforzar los proyectos de formación de árbitros

Para que cuando se consolide en Iberoamérica la demanda del arbitraje institucional que el CIAR ofrece, podamos responder con la calidad intelectual y moral que se nos exige.

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