Javier Íscar de Hoyos fue elegido presidente del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR) en la última Asamblea General Extraordinaria, celebrada el 3 de diciembre de 2020. Sucede a Luis Martí-Mingarro que deja su cargo tras formar parte de esta iniciativa desde su germen, iniciado oficialmente en la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, en 2010. En esta entrevista conversamos con su nuevo presidente sobre los objetivos y retos de la entidad en el medio plazo.
- ¿Cómo se plantea esta nueva etapa de CIAR desde la Presidencia?
Tras cinco años de consolidación, en los que la cláusula de arbitraje CIAR ha sido una de las opciones más utilizadas por las empresas y los abogados en Iberoamérica, es tiempo de expansión en varios niveles. Por un lado, el objetivo es llegar a ser 100 socios en los próximos dos años con una presencia creciente de las organizaciones empresariales que se sumarán a la ya indiscutible de la abogacía iberoamericana. Por otro, una presencia natural de CIAR en el ámbito del arbitraje internacional, tanto en foros, congresos o seminarios para que sea reconocida como una institución de relevancia internacional a la altura de los demás Centros de Arbitraje.
Se ha creado el Comité Asesor que lo formarán un máximo de 5 personas por cada país iberoamericano, es decir un total de 105 “embajadores” de CIAR que llevarán la filosofía CIAR y la cláusula CIAR a las relaciones comerciales internacionales liderando el arbitraje en Iberoamérica. Este comité estará coordinado por tres personas reconocidas que trabajarán con una Secretaría General reforzada con la presencia de una Vicesecretaría General en Costa Rica.
La apuesta por la solidaridad y la generosidad se encuentra en la Comisión Directiva con la presencia de abogacía y empresa, hombres y mujeres de Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Costa Rica y España, reflejo de lo que representa CIAR y del paso que marcará en los próximos años.
También impulsaremos la mediación CIAR, con un Reglamento a la altura de las circunstancias que sirva para solucionar los muchos conflictos que surgen en las relaciones comerciales iberoamericanas.
- ¿Cuáles han sido los principales logros del Centro en los últimos años?
Sin duda, conseguir unir a miles de abogados y empresas en un proyecto iberoamericano, sin protagonismos y con generosidad envidiable de todos los socios con el acompañamiento esencial de la Secretaría General Iberoamericana, SEGIB, y de la Conferencia de Ministros de Justicia de Iberoamérica, COMJIB. Ese fue el mandato de las distintas Cumbres de Jefes de Estado que, unidos, hemos sabido llevar a las relaciones comerciales iberoamericanas ofreciendo un arbitraje propio en un espacio jurídico iberoamericano que nos une.
CIAR ofrece un arbitraje propio en un espacio jurídico iberoamericano que nos une
- ¿Qué diferencia a CIAR de otras cortes de arbitraje?
La principal es que un Centro Iberoamericano con todo lo que ello significa. Quiero decir que no es un Centro de Arbitraje español, argentino, mexicano, portugués o brasileño para Iberoamérica. Es un Centro que nace desde Iberoamérica para Iberoamérica.
Por otro lado, es el Centro en el que, por fin, se unen Colegios de Abogados, Cámaras de Comercio, Organizaciones Empresariales e Instituciones para crear un arbitraje para el marco jurídico iberoamericano, en el que el portugués y el español son los idiomas oficiales.
Y por fin, un reglamento de arbitraje fiel a la cultura continental de los países iberoamericanos con unos costes muy razonables que puedan ser asumidos por las partes y, por supuesto, con una lista de árbitros de nivel internacional garantes de la calidad de los laudos CIAR.
- ¿Qué objetivos tiene desde la Presidencia a corto, medio y largo plazo?
Sin duda este es el camino:
- Más socios,
- más compromiso iberoamericano,
- más cláusulas arbitrales CIAR y
- laudos CIAR como marca de calidad.
La visión es convertirse en el principal Centro de Arbitraje en Iberoamérica y para ello hay que seguir dando pasos firmes para que las empresas vean en la cláusula CIAR una cláusula de certeza en lo que a calidad, independencia y transparencia se refiere.
- ¿Cuáles son los principales retos que enfrenta CIAR?
El arbitraje comercial internacional está en plena expansión internacional y las distintas instituciones arbitrales internacionales están intentando posicionarse.
CIAR tiene claro que debe convertirse en el Centro de Arbitraje que dé las respuestas adecuadas a las partes en términos de calidad, coste y tiempo, alimentado por la transparencia por la diversidad y por los valores éticos que exige la sociedad.
Debemos responder a las enormes expectativas creadas y el reto no es solo hacerlo sino conseguir que los abogados, árbitros, peritos y empresas tengan la misma percepción.
- ¿Cómo ha afectado este tiempo de pandemia al funcionamiento de CIAR?
CIAR representa a socios de 21 países de dos continentes por lo que al constituirse tenía claro que la distancia debía acortarse con la tecnología y la digitalización. Esto ha permitido que CIAR haya podido seguir funcionando de manera natural e, incluso, más conocida y reconocida ahora.
En todo caso, la pandemia ha servido para hacernos reflexionar a todos. Están siendo meses de mucha incertidumbre y estar unidos y ser solidarios con los socios que han atravesado dificultades, creo, que nos ha hecho mejores.
estar unidos y ser solidarios con los socios que han atravesado dificultades, creo, que nos ha hecho mejores
- ¿Qué retos cree que enfrentará el arbitraje comercial internacional y de inversiones en los próximos años?
Estamos en plena ebullición social, económica y política internacional. El arbitraje comercial internacional ha empezado a escuchar a las empresas y está adaptándose a las críticas y exigencias; llevaba unos años acomodado y ha sido necesaria la crítica y la autocrítica y un año 2020 inesperado para seguir adaptando los reglamentos a esa realidad. Hablamos siempre de los mismos términos. Transparencia, disponibilidad, tiempos y costes que, creo, son los cuatro pilares sobre los que debe asentarse el arbitraje comercial internacional. Con una buena base, la calidad se encuentra en secretarías profesionales y árbitros expertos.
En arbitraje de inversión, creo que la fotografía será nueva. Por un lado, la terminación de los tratados bilaterales de inversión (TBI) entre Estados miembros de la Unión Europea que ha entrado en vigor este año y el nuevo marco que se abre paso en materia de conciliación y arbitraje; la culminación del Brexit, la nueva línea presidencial en EUA, los cambios en CIADI y la entrada de nuevos protagonistas nos darán horas de estudio y reflexión. Veremos si el equilibrio Estado/Inversor deja de cuestionarse. Desde luego, hay que estar atentos y con los ojos bien abiertos.
- ¿Y Iberoamérica en concreto?
Iberoamérica necesita que sea considerada como tal. Como en el arbitraje internacional Iberoamérica solo ha tenido el protagonismo que marcan las estadísticas situando a los países iberoamericanos a la cabeza de los países con más arbitrajes internacionales. Por fin, en mi opinión, CIAR le ha dado el protagonismo que exigen casi 900 millones de personas de habla española y portuguesa en la región. Hacía falta que un Centro de Arbitraje se adaptase a la realidad económica y cultural de Iberoamérica y no que 21 países, cientos de miles de empresas y 900 millones de personas se adapten a una realidad jurídica alejada de la nuestra.
- ¿Qué papel juegan las instituciones arbitrales en el desarrollo actual del arbitraje?
Creo que demasiadas veces hemos escuchado que “un arbitraje vale lo que vale el árbitro”.
Por sacar algo positivo del año 2020, creo que los profesionales del arbtiraje y las empresas se han dado cuenta de la importancia de contar con una institución arbtrial consolidada, con una Secretaría capaz y profesional y con los medios digitales y tecnológicos al servicio del arbitraje.
Por tanto, hay que empezar a decir que el arbitraje vale lo que vale el árbitro y la institución Arbtiral”.
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